En la gran mayoría de los casos, su llegada estuvo rodeada de polémica y enfrentamientos con diversos actores del transporte de pasajeros, especialmente los taxistas. No sin fundamento, estos últimos sostienen que UBER representa una amenaza en tanto opera como un actor clandestino, sin adecuarse a las regulaciones específicas del transporte de pasajeros.

Sin adentrarnos en las razones que justifican a los detractores y defensores de esta aplicación, si debemos efectuar algunos comentarios como profesionales asesores de seguros, en relación a las coberturas del ramo automotor y su relación con los choferes y vehículos que prestan servicios mediante la aplicación.

En tal sentido, y hasta la fecha, los aseguradores registrados por ante la Superintendencia de Seguros de la Nación no han salido al mercado a ofertar coberturas diseñadas para este tipo de vehículos y el servicio que prestan, el cual combina un uso particular y otro análogo al de un remís. Y esta falencia de cobertura, la cual existe y resulta innegable, supone una de las críticas más importantes en relación a la actualidad de Uber y su operatoria. Resolver la cobertura de seguros, como sucedió en Méjico o como se intentó en Uruguay, es un paso fundamental para que choferes, pasajeros y terceros no transportados no se vean afectados por exclusiones de cobertura o aplicación de los institutos de la reticencia y el agravamiento del riesgo.

Desde la Asociación Argentina de Productores Asesores de Seguros entendemos fundamental que el transporte de pasajeros se ajuste al marco normativo vigente, y que los aseguradores colaboren con el desarrollo del mercado asegurador, teniendo una capacidad de respuesta acorde a las necesidades del mercado, en un contexto económico cambiante que necesita de nuevos productos.