26-08-2022

Ley Nicolás: un proyecto que instala la mala praxis y la seguridad del paciente en el centro de la escena

Julio Diez y Horacio Canto, de Swiss Medical Group, y el representante de Noble Seguros, Fabián Vítolo, hablan sobre los principales puntos que promueve este proyecto de ley y cómo evoluciona su tratamiento. Asimismo, analizan cómo se relaciona con el rol de las compañías de seguros y los lineamientos internacionales en este sentido.


Julio Diez, Swiss Medical Group

JULIO DIEZ
Swiss Medical Group

Horacio Canto, de Swiss Medical Group

HORACIO CANTO
Swiss Medical Group

Noble Seguros, Fabián Vítolo

FABIÁN VÍTOLO
Noble Seguros

Hace un par de semanas, llegó al Congreso la denominada “Ley Nicolás”, un proyecto que busca legislar sobre la seguridad del paciente y combatir la mala praxis médica. Se trata de una iniciativa que nació hace poco más de dos años de la mano de Gabriela Covelli, una abogada miembro de Familiares y Víctimas de Mala Praxis cuyo hijo, Nicolás Deanna, murió sin ser tratado por una meningitis tras el diagnóstico equivocado de un médico.

Esa experiencia personal tan tremenda la motivó a elaborar una propuesta de ley que, tal como resumen en diálogo con SEGUROS DIGITAL desde el equipo de Swiss Medical Group, “tiene el propósito de estimular la seguridad del paciente”. Así lo indican Julio Diez, Director Comercial Corporativo, y Horacio Canto, Gerente de Responsabilidad Civil Profesional de la aseguradora, una de las líderes en mala praxis médica.

Para ambos ejecutivos, el proyecto de ley ingresado el 29 de julio pasado a la Comisión de Salud del Congreso contiene una serie de propuestas, entre las que se destacan:

  • Crear una nueva cultura de la seguridad;
  • Jerarquizar la problemática para abordarla desde un punto de vista sistémico y no desde una faz punitiva;
  • Buscar impedir el daño evitable, intentando reducir al máximo las consecuencias del daño no evitable;
  • Generar condiciones que estimulen la confianza entre los trabajadores de la salud, los pacientes y sus familias; y
  • Priorizar la transparencia y, de ser posible, hacer que el paciente y su familia participen en iniciativas tendientes a disminuir la aparición de eventos adversos.

“A veces, la gente transforma su dolor, como es la terrible experiencia de perder a un hijo, en algo positivo”, apunta Fabián Vítolo, Gerente de Relaciones Institucionales y Servicios Médicos de Noble Seguros, compañía especializada en mala praxis.

Él, como experto en el tema, conoce muy bien la historia de este proyecto que, a raíz de su ingreso en el Congreso, tomó estado parlamentario y que tras pasar a las comisiones de Salud y Legislativa Penal, finalmente deberá ser votado en la Cámara de Diputados.
Un dato muy positivo de esta situación es que, por primera vez, se plantea en el Congreso la problemática sobre la seguridad del paciente y los casos de malas praxis.

“Si bien las cosas no se modifican por ley, es bueno que se instale el diálogo y pueda iniciarse el cambio”, aclara Vítolo, quien destaca que esto fue posible gracias a la lucha de Covelli, pero también a que el diputado bonaerense de la UCR, Fabio José Quetglas, se puso la mochila al hombro y comenzó a impulsarlo y a consultar con muchos técnicos en seguridad del paciente.


“Trabajando entre todos, se puede cambiar la cultura actual de la seguridad en la atención de la salud, asemejándola -por ejemplo- a la seguridad aeronáutica, que es eminentemente sistémica”

(Julio Diez y Horacio Canto, Swiss Medical Group)


EL DEVENIR DE LA PROPUESTA

No fue un camino fácil el recorrido. Eso lo sabe muy bien el ejecutivo de Noble Seguros, quien cuenta que la propuesta llegó con varios cambios a ser tratados por el Poder Legislativo, a partir del asesoramiento brindado al diputado de varios colegios médicos, sociedades científicas y la Academia Nacional de Medicina.

“Era una ley que tenía un espíritu muy punitivo en sus orígenes y eso le señalaron los expertos a Quetglas, ya que buscaba modificar el Código Penal con el fin de que un juez que determinara que, en caso que hubiera un médico, incurriera en un acto casi temerario. Lo que en autos equivaldría a un dolo eventual, como alguien que opera borracho o una anestesia simultánea, pudiera suspenderle provisoriamente la matrícula”, explica Vítolo.

Para el especialista, ese era un punto muy ríspido, ya que ponía a discrecionalidad de un juez la determinación de qué era temeridad y qué no, lo que es muy difícil de determinar.

Y es que él conoce muy bien la realidad de los médicos que, muchas veces, trabajan en condiciones muy complejas, lo que hace difícil determinar si cumplir o no un proceso es realmente temeridad o no. Lo cierto es que, finalmente, ese punto fue sacado de la ley y el proyecto que se presentó eliminó el concepto punitivo.

Lo cierto es que las familias de las víctimas lo que quieren, por sobre todas las cosas, es que lo que les pasó a sus seres queridos no suceda nunca más, haya justicia y se castigue a los culpables. “Cuando se habla con las víctimas, están muy movidas por la necesidad de castigo a los culpables. Eso tiñe todo lo demás, pero en realidad, se trata de dos pedidos distintos que hay que separar: mejorar el sistema de salud, por un lado, y por el otro, el de la justicia”, destaca Vítolo.

Eso se combina con el hecho de que los médicos reaccionan de forma corporativa. Y también es entendible porque un médico que está trabajando en una situación precaria, que gana mal, que trabaja sin insumos y encima se ve ante la posibilidad de perder la matrícula, lógicamente tiene temor.

De allí surge la frase del diputado Quetglas, quien asegura que “es muy difícil legislar entre el dolor de las víctimas y el miedo de los profesionales”.

En Noble Seguros, han trabajado en más de 3.000 casos y han visto mucho dolor en profesionales y víctimas. “Vemos crecer la industria del juicio, pero también hay muchos casos en los que te preguntás cómo puede haber pasado esto. Un 50% son aventuras judiciales, pero la otra mitad no lo son”, revela Vítolo, quien advierte que “cuando el médico se equivoca, termina destrozado también, es la segunda víctima”.

En esa línea, desde Swiss Medical Group, Diez y Canto mencionan que la propuesta de ley consigna que, si bien la peor consecuencia de los eventos adversos se la lleva la primera víctima, o sea el paciente, no puede dejar de gestionarse a las segundas víctimas, que son justamente los profesionales de la salud en el marco de la seguridad del paciente.

Es por eso que la iniciativa impulsa en igual sentido el desarrollo e implementación de protocolos de actuación y sistemas de auditoría y vigilancia, que disminuyan la posibilidad de ocurrencia de daños evitables en las prácticas de salud.

En definitiva, prevé mejoras en las condiciones de trabajo para ellos. Por ejemplo, habla de asegurar una dotación de personal suficiente y mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales, e incluso exige una evaluación por parte de la autoridad de aplicación de las condiciones de las instituciones médicas.

Y esto es entendible porque, tal como señala Vítolo, “no se puede tener seguridad del paciente en un marco de precarización laboral como el que tenemos hoy”.

“También propone generar condiciones que estimulen la confianza entre los trabajadores de la salud, los pacientes y sus familias, priorizar la transparencia, y de ser posible, hacer que el paciente y su grupo participen en iniciativas tendientes a disminuir la aparición de eventos adversos”, sostienen los representantes de Swiss Medical Group en este sentido.

Esto está relacionado con otro elemento que menciona su par de Noble Seguros, quien opina que, si se sacan a todos los malos médicos del camino, no se eliminan los errores médicos. ¿Por qué? Porque está comprobado que la inmensa mayoría de los eventos de mala praxis o de posible mala praxis son producto de la complejidad de la medicina actual, de la fragmentación del sistema de salud y de un sinfín de elementos que no tienen que ver con la idoneidad o incompetencia de los profesionales.

NÚMEROS DESTACADOS


#14

Según la OCDE, la atención médica insegura es la decimocuarta causa de muerte e incapacidad en el mundo.

17/9

Se busca que la semana del 17 de septiembre de cada año sea la que se conmemore la “Semana de Seguridad del Paciente”.

20202030

La Organización Mundial de la Salud declaró ese período como la década de la seguridad del paciente, comprometiendo a todos los países miembro a realizar acciones en ese sentido.

TENDENCIAS MUNDIALES Y AVANCES REGULATORIOS

“Según datos de la OCDE, la atención médica insegura es la decimocuarta causa de muerte e incapacidad en el mundo. Entonces, lo que hay que mejorar, antes que nada, es el sistema. Hay casos de amputaciones del miembro equivocado o errores de medicación mortales que muchas veces les pasa a buenos profesionales simplemente porque no tienen los procesos adecuados”, indica Vítolo.

De hecho, la Ley Nicolás incorpora muchos elementos en este sentido, porque incluye términos como “cultura de seguridad”, “cultura justa” y obliga a la evaluación cognitiva del profesional. Son elementos que, hasta ahora, no existen en la regulación.

“La OMS declaró el período 2020-2030 como la década de seguridad del paciente y compromete a todos los países miembro a hacer algo en ese sentido. De hecho, la propuesta de ley propone obligar a las instituciones médicas a celebrar cada año, a mediados de septiembre, la semana de seguridad del paciente, que es un tema muy importante sobre el que las sociedades debemos tomar conciencia”, apunta el experto.

Adicionalmente a ello, completan Diez y Canto, “se plantea, como otro elemento importante, la incorporación en los programas de estudio de grado y posgrado de contenidos asociados a la seguridad del paciente”.

Para Vítolo, más allá de esas propuestas, se debe pensar en soluciones para otro problema y es la falta de autorregulación y un exceso de autonomía en la profesión médica. De hecho, menciona que tuvo que salir una ley de historia clínica que dijera qué poner en ella para que se estandarizara. “Uno podría preguntarse si era necesario. Y evidentemente sí lo era, porque si no, no se cumplía y las historias clínicas estaban incompletas o mal hechas. Cada médico la hacía a su gusto”, ejemplifica. Y enfatiza la importancia de pensar que un médico es una persona que interactúa con otras personas y con un sistema muy complejo. Así queda claro que “la seguridad del paciente es evitar la mayor cantidad de errores posible con controles eficientes y procesos adecuados”.

La Ley Nicolás también trae novedades en este sentido, ya que establece la obligatoriedad de implementar la historia clínica informatizada para todas las instituciones de salud y el plazo máximo para cumplimentar ese requisito fue fijado en 4 años.

Este es uno de los puntos que para Diez y Canto debería reverse, ya que anticipan que “las posibilidades de cumplir con ello varían de acuerdo con la ubicación de cada institución dentro del país”. Al respecto, sostienen que, tal vez, deberían fijarse plazos diferentes porque no es lo mismo una institución en el AMBA que en el interior del interior.

Otro elemento que aborda la iniciativa parlamentaria es la obligación de que, ante una matriculación en otro distrito, sea obligatorio chequear previamente con un registro de profesionales que el médico no esté inhabilitado en otra jurisdicción. Porque se da muchas veces que algún profesional que está impedido para atender en un distrito aparezca trabajando en otro.

También busca obligar a las instituciones médicas a denunciar los llamados “eventos centinela”, que son aquellos que producen muerte o daños graves a partir de un error grave, como una sobredosis de potasio que mata a un paciente, olvidarse una pinza dentro de una persona o amputar el miembro errado. “El objetivo en este caso es generar un sistema de aprendizaje para instrumentar alertas”, apunta Vítolo.

Además, el proyecto propone obligar a la evaluación cognitiva de los profesionales. “Promueve que la certificación y la recertificación de los profesionales deba ser obligatoria cada 10 años. Es decir, implementa una certificación obligatoria de la capacidad del profesional y evaluación del estado cognitivo y conductual de los profesionales, que a partir de los 75 años de edad se deberá hacer cada tres años”, detallan los profesionales de Swiss Medical Group.


“La seguridad del paciente es evitar la mayor cantidad de errores posible con controles eficientes y procesos adecuados”

(Fabián Vítolo, Noble Seguros)


LA LEY NICOLÁS Y EL ROL DE LAS ASEGURADORAS

Aunque parece una iniciativa muy ambiciosa, Canto y Diez la ven como una propuesta viable en Argentina, ya que opinan que, “trabajando entre todos, se puede cambiar la cultura actual de la seguridad en la atención de la salud, asemejándola -por ejemplo- a la seguridad aeronáutica, que es eminentemente sistémica”.

La realidad es que por ahora es un proyecto que está en revisión y habrá que ver cómo queda la versión final, ya que deberá someterse a la Comisión de Salud del Congreso y a la mirada de los colegios médicos.

En sintonía con los colegas de SMG, para el ejecutivo de Noble Seguros, es un aporte positivo para el mercado asegurador y no perjudicial, como muchos podrían suponer. “Nosotros hemos hecho una bandera de la seguridad del paciente. Todo lo que sea para mejorar la sociedad es positivo y esta propuesta de ley está alineada con la tarea que llevamos adelante las compañías de seguros profesionales, que hace años venimos trabajando en la seguridad del paciente y tenemos nuestros programas de gestión de riesgos”, pondera.

Canto y Diez también destacan que, en su caso, “la compañía viene trabajando desde hace años en mejorar la seguridad del paciente, como parte del servicio que desde la Gerencia de Servicios Médicos se brinda los asegurados”.

Sin dudas, las aseguradoras de mala praxis son grandes fuentes de información para la implementación de procesos adecuados, ofrecen planes de formación muy completos en este sentido y creen fuertemente en la importancia de la seguridad del paciente. Uno de los pilares centrales de la Ley Nicolás, sobre la cual se esperan novedades en breve y hay muchas expectativas sobre su aprobación. «

Ley Nicolás

NICOLÁS DEANNA

Falleció un 2 de noviembre de 2017, con 24 años. Según su mamá, Gabriela Covelli, “fue víctima de un médico que no cumplió con las normas mínimas del arte de curar”. Y busca con esta iniciativa de ley: “Si tu vida derramó tanto amor, que tu partida sirva para salvar a otros”.