07-06-2024

La educación emocional: ¿una nueva herramienta para el PAS?

Cuando hace unos años se comenzó a hablar de educación emocional en algunos ámbitos que trascendían el educativo o académico, en particular aquellos relacionados con la innovación o la tecnología, todavía no estaba tan generalizado como ahora referirse de las habilidades blandas (“soft skills”) en relación a los negocios y el liderazgo. De un tiempo a esta parte, sin embargo, ya es moneda corriente en los sectores empresariales y de alta performance, por un lado abordar estos temas, y otro por otros buscar que los empleados estén formados en este sentido.

De acuerdo con un estudio reciente de la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana, realizado en distintas regiones del país, el (86%) de las compañías encuestadas informó que actualmente enfrenta dificultades para atraer y retener talento. Entre esas dificultades mencionaron: la escasez de candidatos calificados, la competencia por el talento y el desajuste entre las habilidades requeridas y las disponibles. Entre estas últimas habilidades requeridas se cuenta la educación o inteligencia emocional de los candidatos.

De hecho, se señala al llamado “analfabetismo emocional” como el causante de muchos de los problemas más habituales en las organizaciones: bajas laborales (debidas a ansiedad, estrés, depresión, burnout, etc), altos niveles de rotación, y por supuesto, la conflictividad laboral, entre otras cosas, por falta de autorregulación. Es sabido también hace tiempo que aprender a entender y manejar nuestras emociones tiene una correlación directa con la productividad y performance.

Nuevo paradigma cultural-laboral

“El mundo del trabajo ha cambiado y cambiará mucho más aún. En 2016, cuando se presentó en el foro de Davos el informe que describía los emergentes del futuro del trabajo, ya se mencionaba la importancia que tomarían algunas habilidades blandas (Soft Skills) en un marco laboral con pocas certezas, mucha digitalización y automatización, la IA compitiendo por posiciones con ventaja y una población con un ciclo laboral cada vez más extenso. En función de este escenario, el análisis remarcaba la necesidad, importancia e incluso urgencia de formar a las personas para desarrollar competencias blandas como una forma de enfrentar estos nuevos escenarios”, comenta la especialista Adela Cavia, con más dos décadas de experiencia en el ámbito corporativo liderando equipos y diez años trabajando específicamente con inteligencia emocional en organizaciones y para nuevos liderazgos.

No incidentalmente en el FNS 2024 celebrado hace tan solo dos meses, se abordaron éstas y otras cuestiones relativas a soft skills en diversas charlas y talleres apuntados a los PAS; desde charlas sobre liderazgo, adaptabilidad y resiliencia ante al fracaso, workshops de mindfulness para trabajar y mejorar la atención plena, a aquellas ponencias centradas en los desafíos del mañana, que tienen todo que ver con asumirnos integralmente como personas con emociones, motivación y deseos.

El mundo del trabajo ha cambiado con la automatización, sumados los cambios culturales que hacen que las nuevas generaciones tengan otros códigos laborales y se dificulte la retención de personal. ¿Qué importancia tienen entonces las habilidades blandas en este panorama?

“En este “nuevo mundo” que a su vez tiene una dinámica muy particular en cuanto a sus rápidos cambios, justamente las habilidades blandas o soft skills por su elasticidad y capacidad de adaptación son muy importantes. No solo es importante cómo nos relacionamos con nuestros asegurados/as, sino también como somos nosotros en lo personal, en lo familiar y en lo profesional, ya que somos un todo. Estos cambios presentan desafíos que no entran en los paradigmas tradicionales. El nuevo mundo nos exige la necesidad de “desaprender” viejas formas y tomar nuevas. Estos nuevos paradigmas son un reflejo de un proceso generacional tradicional que no vió buenos resultados y tuvo consecuencias en la salud física y emocional. Las habilidades blandas traen herramientas para relacionarte con uno mismo y con otras personas del entorno cercano desde otro lugar. El mundo de hoy, requiere una nueva mirada, explica Nicolas Saurit Roman, presidente de AAPAS.

Campeones regionales de burnout

En un escenario en el que Argentina se corona como “campeona regional” con un 94% de trabajadores que afirman atravesar un agotamiento excesivo (subiendo de un 81% en 2021 a 86% en 2022), según un informe de finales del año pasado de la empresa Bumeran, y las emociones de cansancio, frustración y desazón están a flor de piel, parece sensato apuntar a reforzar la comprensión de las emociones y la autogestión.

El estudio también demostró que el 56% de los profesionales de Recursos Humanos no implementan medidas puntuales para combatir el burnout, aunque la mayoría de los expertos advierte que los talentos de sus organizaciones sufren burnout o están “quemados”. ¿A qué se debe esta falta de acción y prevención? ¿Acaso falta mayor formación en estos temas? ¿Qué tipo de herramientas les estamos dando a los PAS de las nuevas generaciones? Sobre todo cuando hablamos de resolución de problemas, agilidad y adaptación ante el mercado o situaciones con diverso grado de previsibilidad, o la tolerancia a la frustración, condiciones indispensables para navegar los desafíos profesionales que presenta el campo de los seguros.

“Es una competencia que no debe faltar en las herramientas del PAS en la actualidad. Uno de los principios del coaching donde se aplican todas estas herramientas es que el camino es “del ser al hacer”. Estar preparados desde un lugar profundo (ya que es un cambio de observador) para atravesar estos desafíos es, sin dudas, un diferencial en la actividad diaria”, agrega Nicolas Saurit Román. “En este nuevo paradigma el conocimiento técnico, si bien es importante, está en gran medida al alcance de todos. Qué hacemos con ese conocimiento es lo que hace la diferencia y en ese lugar el PAS se convierte en un “Asesor de toma de decisiones”, y esto implica acompañar también desde un lado emocional al asegurado/a”.

¿Algunos recursos recomendados desde RIEEB (Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar) para incorporar o trabajar desde el ámbito empresarial? Para empezar, formación en inteligencia emocional y competencias emocionales, la práctica de “remind” (relajación, respiración, meditación, mindfulness), y también, se puede incluir gimnasia emocional para el entrenamiento de competencias emocionales (un gimnasio emocional en las organizaciones), entre los más elaborados. Pero además se recomiendan y alientan recursos activos y más simples como grupos de discusión, dinámicas de grupo (role playing), diario emocional, música, actividad física, etc.

“Esta actividad en particular que es muy exigente necesita también que el PAS desarrolle también para él cómo ser emocional estas habilidades. Desde AAPAS vamos a generar espacios de aprendizaje donde existan convivan estas herramientas”, cierra el presidente de AAPAS.«

¿De qué hablamos cuando hablamos de Soft-Skills?

En sucesivos informes, el World Economic Forum fue redefiniendo las competencias blandas, hasta mencionar, a inicios del 2020 las siguientes: Resolución de problemas complejos, Pensamiento crítico, Creatividad, Gestión de personas, Coordinación con otros, Inteligencia emocional, Juicio y toma de decisiones, Orientación al servicio, Negociación y Flexibilidad cognitiva. Otras organizaciones, como la OCDE o consultoras internacionales como Mercer, McKinsey, entre muchos otros abonan la misma idea.