Los valores de la empresa saludable se sustentan en 3 aspectos claves: promover el estilo de vida saludable mediante la búsqueda del equilibrio entre la vida laboral y la salud; fomentar la calidad emocional mediante programas enfocados a la mejora de la calidad emocional y la prevención de riesgos psicosociales; y formar una cultura de la flexibilidad facilitando el día a día de los empleados y promoviendo su afinidad con la empresa.
Entre otras características, las llamadas “empresas saludables” se caracterizan por el diseño sistemático de programas que mejoren la salud del trabajador, su entorno y de la organización; la creación de una cultura de la salud que satisfaga las necesidades tanto de la empresa como del trabajador; una gestión de la salud que se integre en el plan estratégico de la empresa; una metodología que ayude a las personas a conseguir una salud óptima en todas sus vertientes (emocional, física, social, espiritual e intelectual); y una metodología que utilice diversas estrategias para mejorar el conocimiento que tienen los trabajadores sobre la salud y poner a su disposición un entorno de trabajo que facilite y refuerce las elecciones saludables.