El desafío de la IA:
Capacitar sin perder la chispa humana
Entrevista a Susan Pantaroto.
La revolución de la I.A está alcanzado a todas las industrias, y una de las aplicaciones más desafiantes es la de la capacitación de fuerzas de trabajo, que permite acelerar procesos y ahorrar tiempo y recursos. Charlamos con Susan Pantaroto, ex Senior Regional Manager of Relationship Marketing, Business Training and Customer Experiencie de Natura, que encabezó la transformación digital de la empresa en toda América Latina. En 2024 fundó palaVras, una consultora-agencia que fusiona estrategia, narrativa y tecnología para convertir conocimiento en resultados de ventas, y que hoy trabaja con Profesor IA, un producto único en el mercado: un agente conversacional que usa inteligencia artificial para formar equipos en cualquier tema, entrega micro-contenidos hiperpersonalizados por WhatsApp y reporta KPIs en tiempo real.

Un debate reciente y acalorado se da hoy día en torno a los usos de A.I en el trabajo. Desde el aspecto de la formación de fuerzas de trabajo en entornos corporativos, ¿me podés contar qué aplicaciones y usos observás de la A.I para capacitar sin perder calidad ni el toque humano? ¿Cuáles son los desafíos tanto culturales como técnicos?
Lo más poderoso de la IA en capacitación no es la velocidad ni el ahorro de costos: es la personalización real del contenido. A diferencia de Netflix –que solo te “recomienda” algo prefabricado, la película sigue igual para todos– la IA adapta el material mismo: si ya manejás un concepto, avanza; si es nuevo, lo explica con ejemplos, videos o quizzes hasta que lo incorpores. Es como tener un tutor 24/7 que lee tu curva de aprendizaje en vivo.
Ahora bien, en seguros creo que el desafío es constante: reglamentaciones que cambian, coberturas nuevas, cláusulas infinitas… y un productor que necesita absorber todo eso sin frenar sus ventas. Con IA, esos manuales eternos pueden transformarse en micro-learnings que le llegan por WhatsApp justo cuando lo necesita; así pueden cambiar horas de lectura en minutos de comprensión aplicada y mantener su cartera al día.
En cuanto a los desafíos, yo creo fielmente que el formador humano no desaparece, se reubica donde aporta más valor que es motivando, acompañando y dando feedback personal, mientras la IA entrega la información exacta. Herramientas como el Professor IA facilita esta transición porque vive en WhatsApp y la barrera de entrada prácticamente cero.
¿Ves un futuro en el que la I.A pueda hacer casi cualquier cosa que hacemos nosotros? ¿Cuáles son los riesgos y problemáticas?
La IA ya se está quedando con lo repetitivo y trazable; combinada con robótica va aún más lejos. Pero lo estratégico: empatía, creatividad, criterio, sigue siendo 100 % humano. La IA puede imitar tener emociones y valores, pero la realidad es que esto es puramente nuestro.
Ya los riesgos son varios en una nueva tecnología y tan potente, digo algunos que me preocupan:
- Manipulación de agenda
El modelo repite los intereses de quien lo entrenó. Si le preguntás por la guerra y antes consulta la opinión del dueño de la plataforma… ya sabés la respuesta que viene. - Caja negra + sesgos
Cuanto más compleja la red, menos entendemos su “cadena de pensamiento” y más fácil replica prejuicios históricos. - Privacidad & copyright
Se entrenan con datos personales y material protegido. Por algo el New York Times está litigando contra OpenAI. - Dependencia emocional
Los chatbots-terapeutas ya encabezan descargas. Aún no aprendimos a convivir sanamente con una máquina que “nos quieren” siempre. - Comoditización de la experiencia
Todo empieza a sonar igual: mails, guiones, post-venta… esto recién arranca y ya estamos cansando de esto.
“La IA es tan buena como las fuentes que ingiere. No hay magia que valga”
¿Me podrías contar sobre Profesor IA?
Amanecés con una nueva resolución, cambian dos cláusulas clave y esa misma tarde ya tenés que explicárselas a un cliente. O aparece un producto nuevo y todavía estás descifrando la letra chica mientras el reloj corre. No hay tiempo para cursos eternos ni para rastrear un PDF perdido en la intranet. Ahí entra en escena Profesor IA: un agente conversacional que vive en WhatsApp y adapta el aprendizaje al ritmo (y al conocimiento previo) de cada persona:
El resultado produce cero fricción y un objetivo común: que tu fuerza comercial aprenda rápido y sin frenar la agenda de ventas. Hoy Profesor IA ya funciona en empresas de venta directa en diferentes programas de formación, desde capacitación de líderes en toda América Latina hasta el onboarding de nuevos vendedores, recortando su curva de productividad de semanas a días.
¿Cómo ves el creciente uso de A.I aplicado a plataformas sociales de mensajería instantánea y VoIP (Whap, Telegram, Slack, Discord)? ¿Pensás que son de utilidad o que estamos automatizando demasiado las interacciones -que se vuelven más genéricas y automáticas, y menos relevantes y personalizadas?
Creo que la IA es, y seguirá siendo, sumamente útil; el tema, como con todo, es el uso… o mejor dicho, el abuso. Usar ChatGPT como chat para investigar, planificar o proyectar es genial y te ahorra horas. Pero escribirle a una persona y recibir solo respuestas automáticas termina frustrando.
Para respuestas cortas, relevantes y en tiempo real, la IA brilla. Lo que tenemos que cuidar es no delegar la relación: si nos quedamos en lo genérico, sin personalidad ni valor humano, perdemos la conexión que realmente importa.

"Las nuevas generaciones quieren crear algo que de verdad importe, aprender cada día y comprobar que su aporte pesa (…) Para que el trabajo vuelva a encender la chispa hacen falta dos ingredientes: propósito claro y feedback vivo.“
¿En este contexto (rotación de personal, altos niveles de burnout, desmotivación, etc) no sorprende el crecimiento de fenómenos como el quiet ambition y otros entre los más jóvenes. ¿Qué pensás que está faltando para que el trabajo funcione mejor para todos?
Cuando empecé mi carrera hace 25 años, el “jefe” tenía oficina privada, dos secretarias y un sillón de cuero; hoy comparte escritorio y se llama “líder”. El sueldo sigue importando, claro, pero nadie quiere entregar la vida a cambio de un cargo. Ese cambio de chip, la caída del status como motivador, explica el fenómeno del «quiet ambition»: para mí no es que renuncian a la ambición, lo que falta es sentido.
Las nuevas generaciones quieren crear algo que de verdad importe, aprender cada día y comprobar que su aporte pesa. Ahí surge el encanto de emprender: un proyecto propio, incluso nacido en un garaje, ofrece propósito claro y feedback inmediato porque el mercado te califica a diario. Lo mejor es que no solo beneficia a los jóvenes; un mundo con más emprendedores y menos megacorporaciones oxigena la economía y multiplica la autoestima, la creatividad y el bienestar de todos. En síntesis, para que el trabajo vuelva a encender la chispa hacen falta dos ingredientes: propósito claro y feedback vivo. Cuando están presentes, la motivación brota sola.
Contame 3 hacks de productividad que usás para resetearte, desconectar o inspirartes?
Mis tres hacks para resetearme y volver con energía:
- Mover el cuerpo
• Correr: salgo a trotar y dejo que las ideas circulen libres; vuelvo con prioridades reordenadas y más creatividad.
• Fútbol: juego con el mismo equipo hace años; dentro y fuera de la cancha nos leemos de memoria. Me desconecta y me recuerda el poder de la motivación colectiva. - Desenchufar sin culpa
Apago todas las pantallas y me voy a jugar con mis hijos. Nada como un “mamá, mirá esto” para bajar revoluciones y poner las cosas en perspectiva. - Aprender por curiosidad
Me meto en comunidades que discuten temas de cambio constante, como IA, y complemento con videos de YouTube y podcasts. Un ratito por día ya basta para encender el radar creativo.«
Ping Pong AAPAS
¿Tenés seguro?
Sí, creo que estoy bien cubierta (literalmente):
- Auto con Federación Patronal.
- ART de la empresa con Prevención ART.
- SCVO (Seguro Colectivo de Vida Obligatorio) con Mapfre.
- Retiro con Zurich.
¿Cómo es la relación con tu PAS?
Mi productor de cabecera gestiona los tres seguros operativos (auto, ART y SCVO). Me llama puntualmente antes de cada renovación, me muestra nuevas coberturas y planes de pago, y fue clave para obtener una alícuota muy conveniente en la ART.
Para el seguro de retiro trabajo con otro que conocí en LinkedIn: me explicó las alternativas, proyectó la renta esperada y empecé a aportar este año.