Para hacer el “balance” habitual de la situación del país en la materia, nos encontramos por primera vez en la historia, atravesando una pandemia mundial de una enfermedad virósica y natural. Acentuamos lo de “NATURAL” para diferenciarla de la pandemia de una enfermedad social como causaexterna de lesión y muerte “NO NATURAL”, como lo es la siniestralidad vial.
En ese balance destacan los siguientes puntos y conclusiones:
1. La MORTALIDAD VIAL MENSUAL ES MAYOR que la producida por el cobid19 hasta las cifras provisorias de mayo (sumados los muertos diarios desde el primer muerto por coronavirus el pasado 3 de marzo hasta la fecha apenas supera un mes promedio de muertos viales en Argentina).
2. La MORBILIDAD VIAL GRAVE (heridos) diaria, en función de la ocupación de camas de terapia intensiva, en marzo y abril era mayor que la morbilidad grave por coronavirus.
A pesar de esa realidad, a nuestro criterio (podemos estar equivocados) persiste una ausencia de consideración y aplicación de políticas públicas activas en materia de Seguridad Vial, que se verifica en los
siguientes hechos:
1.- LAXA APLICACIÓN DE LA DEFENSA SOCIAL DEL FACTOR HUMANO EN MATERIA
DE SEGURIDAD VIAL: se han prorrogado por DOSCIENTOS DÍAS CORRIDOS a partir de la fecha de su vencimiento las licencias de conducir (aquellas que vencen entre los días 15 de febrero y 31 de julio de 2020).
2.- LAXA APLICACIÓN DE LA DEFENSA SOCIAL DEL FACTOR VEHICULO EN MATERIA DE SEGURIDAD VIAL: se han prorrogado (EN CABA) la vigencia de las obleas de la Verificación Técnica Vehicular Obligatoria POR 6 MESES, a partir de su vencimiento, AÚN CON LOS TALLERES DE VTV ABIERTOS Y OPERATIVOS (¿?).
¡Flaco favor a la Pandemia Vial!!
Por otro lado venimos observando y advirtiéndolo públicamente, la exacerbación en la promoción de vehículos de transporte privado como la moto en contraposición y DEMERITO DEL SERVICIO PÚBLICO DE TRANSPORTE.
Siempre hemos sostenido que si bien la moto es un vehículo excelente y apropiado a una movilidad sostenible, la “cultura” inapropiada de su uso lo transforma en Argentina en el partícipe de más de un tercio de los siniestros viales graves con usuarios muy vulnerables. Es absurdo (e
incongruente) el desmerecer el servicio público de transporte, en lugar de aplicar los esfuerzos en mejorarlo (en su implementación y protocolos de uso) para incentivar la sostenibilidad de la movilidad de la sociedad, teniendo en cuenta que desde el punto de vista de la PANDEMIA VIAL es el medio terrestre (después del tren) más seguro. INSISTIMOS en que la SINIESTRALIDAD VIAL es la principal causa de muerte y lesiones NO NATURAL de los integrantes de nuestra sociedad.
Como lo expresáramos en reiteradas oportunidades: Las políticas públicas no se declaman; se planifican, se presupuestan, se ejecutan, se evalúan,vse rinde cuentas, se corrigen.vEl usuario de la vía pública puede pensar que el problema se solucionavsimplemente con sanciones o con mayor educación, el empresario puedevsostener que la inseguridad vial le resta ganancias o le genera
pérdidas. EL ESTADO NO.
El Estado, por definición y naturaleza, no puede sostener una miradavindividual, sino colectiva y de bien común.vEl Estado, por definición y naturaleza, no gestiona “lo privado” sino “lo público”. La ganancia o pérdida no se mide en moneda primariamente, sino en vidas y muertes, en salud y enfermedad.
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV