60 años en el seguro y un legado imborrable en el noroeste del país
Rogelio David dio sus primeros como Productor de Seguros en 1962, tras fallecer su padre Michel, pionero en la actividad en el noroeste del país, particularmente en Salta. Su carnet como socio de AAPAS tiene la firma de Eugenio Malvino, expresidente de la entidad, quien lo convocó junto a otros organizadores del interior para tratar, en reuniones con la SSN, la redacción y aprobación de la Ley 22.400. En esta nota, un recorrido por la vida de este PAS que es el segundo eslabón de una familia que ya transita su tercera generación en seguros.
PERFIL
Nombre: Rogelio Salomón David
Edad: 81 años
Trayectoria en seguros:: 60 años
Vinculación con AAPAS:: 16 años (de 1967 a 1983)
Composición familiar: Casado, 3 hijos y 4 nietos
Estudios: Productor Asesor de Seguros. Universitario incompleto (Escribanía)
¿Cómo se da tu llegada al apasionante mundo del seguro?
Comencé como Productor de Seguros/organizador en el año 1962, al fallecer mi padre Michel David, pionero en la actividad en el noroeste del país y quien instalara la primera oficina de representación como Agente Organizador en Salta, en el año 1933.
Durante 23 años, entre 1971 y 1994, fui nombrado como Gerente de mi representada en Salta y Jujuy, en mérito a la importante cartera, función que concluyó al retirarse del país Commercial Union y su subsidiaria Antorcha. Esto me permitió conocer también los intereses del otro lado del mostrador, los de las compañías de seguros.
“Aún recuerdo los continuos viajes por el interior, en tiempos de caminos de tierra, localidad por localidad, muchas veces con mal tiempo, empantanados, saliendo en giras una semana para producir, y otras para cobrar”
¿Y tu vinculación a AAPAS, siendo socio Número 1916?
Mi vinculación a AAPAS se dio a través de una visita a Salta, del recordado y querido Eugenio Malvino, quien inclusive me convocara, posteriormente, junto a otros organizadores del interior del país, a Buenos Aires, para tratar en reuniones en la Superintendencia de Seguros, la redacción y aprobación de la Ley 22.400 (ver texto con el “Régimen de los Productores Asesores de Seguros”), que se concretó recién en 1981. Mi carnet de socio, cuya foto acompaña esta nota, está firmado por Malvino.
¿Cómo era el mercado al momento de tu llegada y cómo fue evolucionando -si es que lo hizo- en los 60 años de recorrido en el mismo?
El mercado serio y formal, en las décadas en que yo me inicié, estaba responsablemente administrado por grandes compañías. El mercado local en Salta comenzó a crecer a partir de la llegada simultánea de muchas aseguradoras de Buenos Aires y de la creación de aseguradoras de capitales locales, en su mayoría. Sus características giraban en torno a la producción de seguros de incendio, principalmente, y luego los otros ramos, como el de automotores, que hoy es la principal demanda.
El mercado se ha resentido a partir de la competencia no pertinente, por una parte, ejercida por estructuras comerciales ajenas a la actividad, como bancos, supermercados, etc.
Durante varias décadas, en particular los 60s, 70s y 80s, Salta fue tomada como botín para los especuladores de la actividad, se radicaron distintas empresas aseguradoras de escasa seriedad, que rompieron los códigos de responsabilidad, malvendiendo, atendiendo pésimamente, no respondiendo a sus obligaciones, desapareciendo luego, y dejando un lamentable descrédito sobre la actividad.
A la vez, el gran salto tecnológico de los últimos años ha favorecido las vías de comunicación inmediatas.
A Rogelio David le tocó atender los siniestros de incendios más importantes en Salta, todos correctamente atendidos e indemnizados, lo que llevó a que sea felicitado en los diarios locales.
¿Cuáles crees que fueron tus principales aportes, en tantos años, al mercado en general y a AAPAS en particular?
Puedo tomar como aporte, la difusión local de AAPAS, y en el orden nacional, el mencionado acompañamiento a Malvino en sus gestiones ante la Superintendencia. Con posterioridad, me ocupé de formar y presidir en Salta, la primera APAS local y la Cámara de Aseguradores de Salta (CAS), en ambos casos de corta duración ante la falta de acompañamiento de colegas, pues ambas se establecieron antes de 1981, y la carencia de apoyo profesional.
¿Alguna anécdota que te gustaría compartir, entre tantas que seguramente te ha tocado vivir?
Para un Productor de Seguros del interior, que es mi caso, me remonta a los continuos viajes, por todo el interior de la provincia, en tiempos de caminos de tierra, localidad por localidad, bajo las influencias del mal tiempo muchas veces, empantanados, saliendo en giras una semana para producir, y otras para cobrar. Me tocó atender los siniestros de incendios más importantes producidos en Salta, cinco o seis si mal no recuerdo, todos correctamente atendidos e indemnizados por mis representadas, por los cuales fuimos felicitados. En las fotos se pueden ver algunos de esos agradecimientos, que he sabido guardar.
Tal vez, uno de mis principales aportes fue haber presidido la Comisión de Planeamiento Estratégico lanzando la marca “AS” (Asesores Seguros), que se planteó como la búsqueda de excelencia en nuestra actuación profesional y pretende ser una garantía para los asegurados en la calidad de comportamiento y compromiso del Productor de Seguros que logre acreditar la misma.
Su carnet como socio de AAPAS (en ese entonces, llamada Asociación de Productores de Seguros) es el número 1916 y lleva la firma de Eugenio Malvino, quien presidía la entidad en ese entonces.
¿Qué directivos de AAPAS recordás especialmente, qué más te han marcado y con los que has tenido un mayor vínculo?
Ya por mi edad, del que mantengo un recuerdo inalterable, es de Eugenio Malvino, a quien creo que nuestra actividad aún le debe un merecido homenaje. Ya más actual, comparto una querida amistad con Roberto Saba, de quien valoro su excelente gestión también en AAPAS.
Tras tantos años dentro del seguro, ¿cómo te sentís en esta etapa de tu vida?
Desde hace 30 años me acompañan en mi quehacer, primero mi hija María Eugenia, hoy a cargo de la administración de la agencia y, posteriormente, mis hijos María Celeste y Rogelio Sebastián, conformando así la tercera generación familiar en seguros. Sin dudas, eso ha redituado en mi beneficio personal, el haber disminuido paulatinamente mis esfuerzos personales para convertirme en la actualidad más en el acompañante de la tarea que ellos realizan, con gran éxito y profesionalismo.
“Por mi edad, mantengo un recuerdo inalterable de Eugenio Malvino, a quien creo que nuestra actividad aún le debe un merecido homenaje”
¿Tenés algún “pendiente” que aún quieras llevar a cabo, tanto en el plano profesional como personal?
Pendiente en lo profesional, no. He representado siempre a compañías de primerísimo nivel, lo que me ha brindado la seguridad de tener el mejor respaldo para mí y para mi cartera. Mantengo, y humildemente puedo decirlo, la consideración general, de ser el prestigioso asegurador de Salta. Hace varios años he sido convocado a presidir nuevamente APAS Salta, en momentos de una crisis institucional, logrando a través de mi gestión, estabilizarla, equilibrarla económicamente, realizar el primer Foro Nacional de Seguros local, con la presencia del Superintendente, promocionar la actividad en todos los ámbitos, obteniendo de los concejales la cesión de una plazoleta para los aseguradores, como así también logrando la adquisición de una propiedad, cuando hasta ese entonces funcionaba con el alquiler de un garaje.
En lo personal, siento un íntimo y profundo orgullo por haber podido mantener el prestigio y honorabilidad que heredara de mi padre, y que hoy resguardan con la misma ética mis hijos.
¿Qué mensaje le darías a los más jóvenes que se inician en el seguro y en la vida institucional de nuestro mercado?
Que deben honrar la actividad, profesionalizándose. Y entender que son esencialmente asesores, más que vendedores de seguros.«